De espalda en el piso, flecta tus piernas llevando las rodillas al pecho, por dentro de tus piernas lleva tus brazos y con tus manos toma los pies por la parte externa de cada uno.
Presiona los pies hacia el piso, los hombros bajan y las rodillas naturalmente van bajando de igual forma mientras la cadera va cediendo ante la presión. Mantén la postura y respira tranquila.
Beneficios de la postura:
- Abre y estira las caderas.
- Calma la mente.
- Alivia el estres.
- Fortalece los brazos y los hombros.
- Alivia la columna vertebral y la extiende.
Contraindicaciones y precauciones:
- Embarazo.
- Lesiones de cuello, rodilla y tobillo.
- Caderas estrechas
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